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Arquitectos: MORINI Arquitectos; MORINI Arquitectos
- Área: 1550 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Gonzalo Viramonte
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Proveedores: G&A, Isaias Goldman
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Torre Experimenta 21 y un nuevo anfiteatro abierto, se suman ahora a una serie de edificios ejecutados a través del tiempo y a una arboleda ya completamente desarrollada, terminando de delimitar el gran ámbito del “yard” planteado en el Plan Director que César Pelli diseñó en al año 1.999 para la Universidad Siglo 21.
El contenido de este nuevo edificio lo conforma un conjunto de talleres y laboratorios en donde la enseñanza se imparte a través de técnicas y tecnologías de avanzada que son claramente no convencionales.
Consecuentemente, el edificio como contenedor, tenia que expresar tanto en su exterior como en su interior un carácter también no convencional y de alguna forma disruptivo.
Al mismo tiempo, tenía que manifestarse como el ícono visual de la Universidad adoptando un desarrollo vertical de proporciones esbeltas en contraposición al desarrollo horizontal del Campus, marcando claramente su ubicación en el perfil de la Ciudad.
La imagen diseñada es la de un prisma de hormigón perforado aleatoriamente como un cuerpo poroso en donde no se puede percibir ninguna relación de escala.
Esa porosidad deja entrever un interior luminoso y transparente en el que se desarrolla a la vista, la dinámica de todas las actividades del edificio.
Este efecto se magnifica a la noche por el brillo de sus perforaciones irregulares recortadas sobre el fondo oscuro del cielo.
El esquema funcional es simple, elementos de circulación vertical que dan acceso a un hall con dimensiones adecuadas como para funcionar como expansión de los talleres a los que sirve y que queda potencialmente en espera de un futuro crecimiento.
Este espacio es prácticamente transparente, compuesto por dos patios verticales, el espacio libre que deja la estructura metálica del pasadizo de los ascensores y los pisos de vidrio asentados sobre un entramado metálico que lo transforman en un virtual gran patio de luz a través del que se iluminan los talleres y permite al mismo tiempo la visión del alumno de la diversidad de actividades que allí se realizan.
La resolución técnica del edificio fue planteada sobre la base del uso no convencional de recursos disponibles en el mercado local.
Los problemas técnicos-económicos que planteaba su esbeltez y la necesidad de no colocar apoyos intermedios en los espacios útiles, llevó a resolverlo mediante la técnica de hormigón deslizante que permitió la ejecución de una fachada estructural en forma de un prisma contenedor de 41 metros de altura en solo 14 días de hormigonado continuo.
Las losas a la vista de los talleres, prefabricadas y pretensadas se montaron sobre ménsulas metálicas continúas fijadas a los tabiques perimetrales.
El resto del edificio, incluidas sus carpinterías interiores, se resolvió a través de una estructura metálica de perfiles laminados o rolados montados en obra mediante uniones abulonadas que contribuyen a reafirmar una imagen cercana al de un taller activo.
El edificio ha sido concebido teniendo especialmente en cuenta su eficiencia energética.
Desde el punto de vista de su sustentabilidad, el diseño ha operado en varios aspectos. El primero es tener la mayor iluminación natural con la menor ganancia o pérdida térmica. Las perforaciones que dan directamente al exterior están reguladas de acuerdo a las necesidades interiores y se complementan con la iluminación plena a través de patios interiores de temperatura controlada por medios naturales. En este sentido y teniendo en cuenta las condiciones climáticas del sitio, se ha planteado en la cara interior de los muros de hormigón, una superficie porosa humedecida laminarmente en donde el aire exterior cede calor latente, se enfría e ingresa en forma controlada a través de las ventanas de los talleres saliendo por la pared opuesta por un pleno de evacuación también regulado.
La totalidad del agua de lluvia es almacenada en una cubierta aljibe desde donde baja por los muros, se recupera y acumula en una cuba transparente que sirve de cubierta del hall de ingreso y se recircula nuevamente hacia el reservorio superior en un ciclo continuo.
Los muros exteriores de hormigón complementan su gran inercia térmica con su aislamiento y revestimiento interior ayudando a regular en forma natural los períodos de temperatura media.
Si bien el edificio consta con equipos de aire acondicionado, el objetivo es que su uso sea mínimo y sólo en situaciones de picos extremos.